lunes, 1 de abril de 2013

CUESTIÓN DE ACTITUD

Y de repente está ahí, demostrándote cómo te dejaste distraer por las cosas cotidianas, por los soles y las lunas.
¿Cómo fue que el horizonte dejó de repente de ser algo inalcanzable? Supongo que la idea es justamente esa, que no te des cuenta.
Parece mentira cómo una línea se transforma en llanura, después de haberte propuesto lentitud y perseverancia, precaución, luego de que ya repasaste la lista de errores cometidos y concluiste que algunos podrían ser evitados fácilmente.
En el momento menos esperado, ese punto indistinguible en la lejanía se transforma en una ráfaga de aire fresco frente a tus narices.
Podrías decir que no lo viste venir, y seguramente sea cierto, pues mientras se aproximaba, estabas viendo a lo lejos, la mirada perdida en lo incierto, en lo inasible.
¿Qué se puede hacer ante tal descubrimiento?

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