martes, 29 de mayo de 2012

TRABAJO ISOMETRICO EN LAS DISTROFIA MUSCULAR


El ejercicio isométrico suele usarse para aumentar el rendimiento muscular. Aunque no haya movimiento articular, el  ejercicio isométrico es funcional porque proporciona una base de fuerza para el ejercicio dinámico y porque muchos músculos los posturales operan sobre todo isométricamente. El ejercicio isométrico es una herramienta valiosa de rehabilitación cuando el movimiento articular es incómodo o está contraindicado, durante la inmovilización o cuando haya debilidad en un punto específico de la ADM. El ejercicio isométrico se emplea como una técnica específica de la facilitación neuromuscular
propioceptiva para mejorar la estabilidad y fortalecer los músculos en una porción débil de la amplitud. Este
modo resistido es fácil de comprender y realizar correctamente, no requiere equipamiento alguno y puede practicarse casi en cualquier sitio. El ejercicio isométrico es más eficaz cuando las personas están en baja forma física, ya que los beneficios del ejercicio isométrico decrecen a medida queaumenta la forma física. La mayoría de la mejora se produce durante las primeras cinco semanas de entrenamiento.
Algunos factores son importantes para elegir el ejercicio isométrico adecuado para la rehabilitación. La fuerza isométrica es específica del ángulo articular.
Los estudios han demostrado la especificidad del ángulo articular isométrico, reparando en que la fuerza adquirida en un ángulo articular no se manifiesta en otros ángulos articulares. Los cambios neuromusculares atribuibles a efectos dependientes del ángulo articular y la mejora generalizada de la fuerza requieren programas de entrenamiento en múltiples ángulos.
Whitley  halló un aumento significativo de la fuerza en todos los ángulos articulares tras 10 semanas de entrenamiento en  ángulos articulares específicos. Otros autores también han detectado esta transferencia general de la fuerza, aunque sólo después de que el entrenamiento estuviera bien avanzado.
Al comienzo de la fase de entrenamiento, el aumento de la fuerza se transfería sólo cuando el músculo adoptaba una longitud inferior a la longitud en reposo.
Debido a la especificidad del ángulo, el entrenamiento isométrico en múltiples ángulos se recomienda siempre que sea posible. Las contracciones isométricas deben practicarse
cada 15 a 20 grados de la ADM, y cada contracción debe mantenerse unos 6 segundos. Los primeros segundos de la primera contracción máxima parecen desencadenar el principal efecto del entrenamiento. Después de los primeros segundos, la capacidad para mantener una contracción máxima desciende espectacularmente. La contracción debe mantenerse el tiempo suficiente como para activar por completo
todas las unidades motoras, y debe repetirse con frecuencia durante el día. Las contracciones isométricas tienen su máximo efecto cerca de la contracción máxima, aunque esto tal vez no sea posible en muchas situaciones clínicas.
El ejercicio isométrico se emplea para otros usos que el entrenamiento de la fuerza muscular. Uno de los beneficios del ejercicio isométrico es la capacidad para realizar contracciones submáximas repetitivas como «recordatorio» o ejercicios de reeducación. Las series de cuádriceps se emplean tras una lesión u operación para mantener la movilidad rotuliana y para reeducar la activación del cuádriceps. Esto prepara al paciente para actividades dinámicas más avanzadas. Las series para el cuádriceps y los glúteos también se emplean
para mejorar la circulación de las extremidades inferiores durante los períodos de reposo en cama.
Hay que adoptar precauciones cuando se prescriba ejercicio isométrico a pacientes con hipertensión o una cardiopatía diagnosticada. El ejercicio isométrico puede producir una respuesta vasotensora y aumentar la tensión arterial. El ejercicio isométrico debe hacerse sin aguantar la respiración o evitando una maniobra de Valsalva. Las personas hipertensas tal vez se beneficien de contracciones repetidas y sencillas

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