sábado, 12 de mayo de 2012

MAGIA EN NUESTRA VIDA

Cuando yo estaba embarazada, muy al principio, sentía muchos mareos, y luego en el tercer mes, soñé con dos niñitas, una rubia, con la ropa blanca, que tenía una varita mágica en la mano, y otra con un vestido rosa. La chiquilla rubia me dijo así: “mamá, no necesitas tener miedo, porque todo va a salir bien, va a ser una niña y ha sido papá del cielo quien me ha mandado para protegerte...” ¡Y hoy contemplo a mi hija y veo que la niñita del vestido rosa era ella!! ¡La misma carita, la misma sonrisa, hasta la nariz es parecida! Antes de ese sueño, yo tenía muchas pesadillas, me parecía que iba a nacer sin pierna, sin pie... unas cosas así de absurdas... ¡Después de ese sueño nunca más tuve pesadillas!!!

Hoy mi hija tiene 6 años y dice que tiene una angelita de la guarda, ¡y describe la misma niñita de la varita mágica en la mano!!!! ¡Ella, ciertamente, debe verlo todo muy mágico!!! ¡Cosa de Dios!!!


Sí, amiga mía, los críos por un acto de la voluntad divina, pueden percibir el mundo espiritual. Hay quien dice que aún no se ha completado la inclusión del Espíritu en el cuerpo y, a causa de ello, esa criatura hace su jornada permeando el mundo espiritual y el físico. Es posible esto. Y en cuanto a lo que he dicho, sobre la voluntad divina, entiendo que Dios siempre suple nuestras necesidades. Hay una provisión permanente en el seno divino, ofertando a todos siempre los recursos para que puedan tener una vida feliz.


Pero ¿será cierto que existe esa magia en el mundo espiritual? Una colaboradora, que es sensitiva, siempre me cuenta su participación en la Ronda de la Compasión, junto a los Maestros.


Entre otras muchas cosas, dice ella: Hoy he resuelto hacer una hoguera en beneficio de las personas y rogué a la Madre Kwan hacer un arco iris que serviría de puente para que el humo hiciese la limpieza. Rogué a Giancarlo que me enviase pétalos y quien vino a traérmelos ha sido mi amiguita la mariposa, que hace mucho tiempo no veía. Ella me entregó la cestita, me dio un abrazo y se marchó diciendo que no me había olvidado. Puse los pétalos en las palmas de las manos de las personas que son amparadas en la Ronda y les dije que las echasen sobre sus cabezas. Pregunté al Arcángel si él iba a hacer algo, y arrojó un polvo estrellado sobre ellos. Formé un remolino pequeño, pero muy fuerte, que arrolló todo e hizo la limpieza en todos ellos. Les dije que se cambiasen de ropa y se fuesen para debajo del árbol a descansar.”


Puede semejar una aparición, algo extraño, pero es verdadero. Al fin y al cabo, quien haya leído sobre el origen de los elementales recordará que al principio de su periplo existencial ellos reciben misiones de ese tipo, o sea, elaborar flores. Está la historia linda de uno de ellos en el libro Haya Luz, del Proyecto Puente hacia la Libertad.


Dios tiene cómo cuidar de nuestros dolores, puedes creerlo, y si es preciso que haya viento para diluir de nuestra atmósfera energética las miasmas y formas-pensamientos que atormentan nuestra vida, ciertamente Dios nos proveerá del soplo divino, para airear nuestras ideas. Y si, por algún trágico acontecimiento, el dolor amenazase con hacerse mayor que nuestras posibilidades del momento, considero que las mariposas y los pájaros podrán acercarse a aquel que está sufriendo para perfumar y encantar su alma. Por cierto, Francisco de Asís, que andaba por los caminos del mundo acompañado por pájaros y animales, era una criatura del Bien y de la Paz.


Una amiga internauta relata su experiencia: “El momento del parto es, para muchas mujeres, un importante acontecimiento espiritual. Cuando me quedé embarazada, no tenía ninguna creencia y era totalmente escéptica y tímida, fue como si yo hubiese “nacido juntamente con mi hijo”. Bajé al quirófano tranquilísima, y en el momento del nacimiento todo en la sala se hizo plateado, hasta el aire brillaba. Sentí por primera vez el mundo espiritual acercarse a mí. Desde entonces y para siempre, me he sentido otra persona, confiada, incluso he cambiado de personalidad, me he vuelto fuerte, he dejado mis temores a un lado, empecé a enfrentar el mundo con la certidumbre de no estar sola, sino amparada por algo no palpable, pero muy amoroso y confortador. Hace catorce años que todo cambió, los problemas siempre existen, pero esta puerta que se abrió para mí ha sido “como un relámpago en la noche, ha iluminado todo”.


Observa qué estupenda contribución la que esta amiga trae para reflexión. Las experiencias son siempre muy personales e intransferibles. Mi hija, por ejemplo, tuvo una experiencia también diferente, se quedó embarazada con 17 años y tuvo un lindo niño, el mayor de mis nietos, Ícaro, una adorable criatura. Pues bien, hasta entonces, ella era una chica amarga, difícil, daba mucho trabajo; después de eso, se transformó, hoy es una estupenda madre, ha tenido otros dos hijos, es batalladora, se casó, trabaja en un banco y da cuenta de todo con alegría.


Como se ve, si escudriñamos el Universo de la mujer, vamos a encontrar historias fantásticas, actitudes mágicas, jornadas tan intensas y gloriosas, como las que realizaban los monjes tibetanos o los magos de la Antigüedad. Y en esa andadura divina, la mujer lo ilumina todo por donde pasa. Es preciso que creamos en eso y que, principalmente, la mujer tenga esa motivación y coraje para establecer nuevos paradigmas en la existencia humana.


Sobre la mujer pesa la leyenda de haber sido creada de la costilla del hombre, pero quién sabe, esa simple costilla puede haber sido tocada por la varita mágica de los Ángeles, o perfumada por las mariposas divinas que adornan el paraíso. ¿O será que sólo debemos creer en la racionalidad que la sociedad procura imprimir en nuestras costumbres? O bien, ¿será que hemos de reflejar en nuestro semblante apenas la apariencia de una humanidad que necesita trabajar y sufrir?


No, este pueblo que habita el Planeta Azul es mágico, tiene una tez suave y tierna y, ciertamente, habrá de elaborar una sociedad más feliz y encantadora, con esos críos que llegan, transformando mujeres sencillas en mujeres guerreras, plenas de luminosidad. Este es el mundo que yo veo, estas son las mujeres que conozco, mientras visito el mundo paralelo y el reino encantado de este mundo terreno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario