jueves, 14 de octubre de 2010

LOS ANIMALES SE MIMETISAN

Los ‘disfraces’ del mundo animal
El mimetismo es uno de los fenómenos más curiosos que podemos encontrar en el mundo animal. Consiste en la capacidad que tienen algunos animales para cambiar, tanto la forma de su cuerpo como su color, de acuerdo con el medio ambiente en que se encuentran. Esta propiedad de disfrazarse la utilizan generalmente para ocultarse y no ser descubiertos por sus enemigos, aunque también les sirve para atacar o defenderse
GUACIMARA CASTRILLO
¿Una hoja? ¿Una flor? ¿Quizá una piedra? Nada es lo que parece, ni ellos parecen lo que son. El mundo animal es capaz de vivir en un continuo carnaval y burlar con los mecanismos de su cuerpo a propios y extraños.
Seguramente habéis escuchado hablar del llamado mimetismo cromático o camuflaje animal ¿pero sabiáis que las posibilidades de disfraz de los animales son muy variadas? El nombre científico de este carnaval es cripsis y consiste en la capacidad que tienen ciertos animales de adoptar colores, olores, aspectos o formas de movimiento que los hacen pasar desapercibidos. Una virtud que les da la posibilidad de burlar a sus depredadores.
La forma de camuflaje más habitual es la relativa al color. Son numerosos los animales que pueden cambiar de coloración mediante una respuesta directa de la piel, a través de mecanismos hormonales –en el caso de los anfibios–, mecanismos nerviosos –en el caso de los peces– o mecanismos mixtos –en el caso del camaleón–.
Otra de las formas de cripsis o camuflaje es la consistente en la imitación de objetos del entorno como ramitas, flores, hojas, algas, etcétera. El insecto palo es uno de los mayores expertos en esta técnica, capaz de asemejarse perfectamente a una rama. Y un caso llamativo es el de ciertas especies de araña que se asemejan a las orquídeas. Se ocultan bajo las hojas de la planta hasta que se abre una flor y entonces se colocan al lado. Su imitación es tan perfecta que parecen dos flores de la misma planta.
También es muy frecuente la integración de animales en el fondo natural de su hábitat. Estas especies son capaces de variar la pigmentación de diversas partes de su cuerpo en función de la cantidad de luz que reciben, de forma que logran integrarse visualmente con elementos del fondo.
Este efecto se conoce como coloración disruptiva y es muy corriente en ranas, mariposas y peces como la manta o la raya, capaces de adoptar un color idéntico al del fondo arenoso del mar. Pero también es característico de animales más grandes como el tigre, la cebra, la foca o el oso hormiguero.
En el Ártico, la relación entre osos polares y focas es un continuo juego al escondite. Diferenciar a las crías de foca de un pedazo de hielo es realmente difícil. Pero a la vez los osos, que también son blancos, pueden acercarse a sus presas sin alarmarlas. En Asia el tigre utiliza sus rayas naranjas y negras para asemejarse al fondo de luces y sombras de la selva mientras observa a sus presas.
Toda una fantasía de la naturaleza.
Más cosas
LOS HUMANOS. El hombre, eterno observador de los fenómenos de la naturaleza, en algún momento de la historia pudo apreciar el mimetismo y utilizarlo como elemento en su provecho, algunas veces para proteger su vida. Así, ideó los diversos camuflajes y uniformes de los soldados, con sus colores adaptados al lugar donde deben combatir. Blancos en la nieve, verdes para la selva y marrones para la montaña.
LAS EMOCIONES. Además de como camuflaje o sistema de ataque-defensa, algunos de los cambios de los animales pueden deberse a distintos estados emocionales. Algo similar ocurre con el color de los ojos de algunas personas, generalmente en los ojos claros que, de acuerdo a cómo se encuentren de ánimo, los tendrán grises en la tristeza, verdes en la alegría o celestes en la tranquilidad.
CAPACIDAD NATURAL. No todos los animales cuentan con la posibilidad de disfrazarse, pero atendiendo a los animales que sí pueden hacerlo, parece ser que tienen esa virtud aquellos a quienes la naturaleza no les ha dotado de fuerza para pelear a cara limpia y, por lo tanto, utilizan este truco para seguir viviendo.
CAMALEÓN. El animal cromático por excelencia disfruta de la capacidad de cambiar de color según el entorno en el que se encuentre.Muchos camaleones adquieren durante el sueño una coloración pálida, blancuzca, que, como un artefacto luminoso, permite descubrirlos fácilmente entre el oscuro ramaje donde durante el día su color les protegería perfectamente.
El mimetismo es una cuestión de supervivencia entre muchas de las especies animales
Aunque a la vista nos pueda parecer un curioso juego de formas y colores, lo cierto es que el mimetismo o camuflaje de algunos animales va mucho más allá. Para ciertas especies animales esta capacidad es realmente un mecanismo que les ayuda a sobrevivir entre las especies que habitan a su alrededor.
La forma de mimetismo para la supervivencia más conocida se denomina batesiano, en homenaje a su descubridor, H. W. Bates. Consiste en la capacidad que tienen algunas especies de despistar a sus posibles predadores beneficiándose de otra especie con la que convive, que sea de gusto desagradable o venenoso, adquiriendo su misma coloración.
Algunos de los ejemplos más curiosos de esta mutación los encontramos en América Central, donde algunas serpientes inofensivas presentan una coloración similar a las serpientes de coral venenosas. También los moscardones sírfidos, una mosca inofensiva que es capaz de imitar los colores de su peor enemigo, la avispa.
Existe otro tipo de mimetismo que tiene como finalidad acelerar el aprendizaje del depredador sobre las especies que pueden resultar peligrosas. En este caso, dos especies peligrosas o de sabor desagradable se mimetizan una con otra, con lo que los depredadores potenciales tienen un número mayor de encuentros con ellas y aprenden más rápido a evitarlas. Esta modalidad se conone como mülleriano. La relación es beneficiosa para ambas especies, incluso para el predador.
El mecanismo fisiológico por el cual se producen estos fenómenos de transformación ha sido y sigue siendo motivo de estudio, pero hoy se sabe que los animales que cambian de color cuentan con un sistema de núcleos nerviosos que, ante la percepción de un peligro, accionan unas unidades funcionales de su cuerpo llamadas cromatóforos, que son las células elaboradoras de la coloración de la piel.
Además de las funciones citadas, cabe destacar que algunos animales utilizan estos mecanismos para establecer cierta jerarquía social o para expresar emociones diversas.
Casos curiosos
Como ya hemos visto, la habilidad que tienen algunas especies para ocultarse es realmente curiosa. Entre los ejemplos más llamativos se encuentran los peces planos o pleuronéctidos –su nombre científico–, que viven en las profundidades del mar y adquieren un color arenoso para ocultarse de sus enemigos. Después de depositarse en el fondo, aletean durante unos instantes para remover la arena, así cuando la arena se va depositando lentamente, su cuerpo se confunde con ella.
Cabe destacar también la posibilidad que tienen algunos privilegiados animales para aumentar considerablemente sus recursos de defensa, cambiando de color y de forma a la vez. Un caso típico es el del insecto palo u hoja andariega, que es una especie de langosta fantasma de la India Oriental. Este insecto adopta la forma de hoja tomando el color que presenta ésta y, por si fuera poco, también imita sus movimientos y manchas. Se agarra con las patas de alguna rama y se mece como si la agitara el viento.

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