domingo, 17 de enero de 2010

QUIEN FUERA ARISTOCRATA

Henricus Antonius van Meegeren (10 de octubre de 1889 en Deventer, Overijssel - 30 de diciembre de 1947 en Ámsterdam), más conocido como Han van Meegeren fue un pintor y retratista holandés, y es considerado como uno de los más ingeniosos falsificadores de arte del siglo XX. Cuando niño desarrolló gran entusiasmo por los maravillosos colores usados por los pintores de la Edad de Oro Holandesa y más tarde se propuso llegar a ser un artista. Cuando los críticos de arte despreciaron su trabajo, Van Meegeren sintió que su carrera había sido destruida. Por lo tanto, decidió demostrar su talento a los críticos falsificando pinturas de algunos de los más famosos artistas del mundo, entre ellos Frans Hals, Pieter de Hooch, Gerard ter Borch y Johannes Vermeer. Replicó tan bien los estilos y colores de los artistas copiados que los mejores expertos y críticos de arte de la época consideraron sus pinturas como genuinas y a algunas de exquisita factura. Su falsificación más exitosa fue Los discípulos de Emaús, creada en 1937 mientras vivía en el sur de Francia. Esta pintura fue aclamada por algunos de los más importantes expertos de arte como la mejor obra de Vermeer que habían visto.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los holandeses adinerados, esperando prevenir una venta total del arte holandés a Adolf Hitler y al Partido Nazi, compraron vorazmente las falsificaciones de Van Meeregen. Sin embargo, un "Vermeer" falsificado terminó en posesión del Mariscal del Reich Hermann Göring. Luego de la guerra la falsificación en manos de Göring fue descubierta y Han van Meeregen fue arrestado el 29 de mayo de 1945 como colaborador de los nazis, porque pensaron que les había vendido propiedad cultural holandesa. Estos crímenes amenazaban con un largo tiempo en prisión así que el asustado Van Meeregen confesó su falsificación. El 12 de noviembre de 1947 fue condenado por falsificación y fraude y fue sentenciado a un año de prisión, los cuales nunca cumplió, porque antes de ser encarcelado sufrió un ataque cardíaco y murió el 30 de diciembre de 1947. Se estima que Van Meeregen engañó a vendedores por varios millones de dólares.

Bien¡¡¡ todo esto es más falso que una peseta de madera. La verdad es que tanto un retrato, como otro, son del mismo Vermeer; solo que uno es del Jahn Vermeer pintor y el otro es un autorretrato del Jahn Vermeer modelo, pues, y aquí esta lo increíble de esta historia, Vermeer fue primero hombre, y después mujer. Mas esta insospechada historia ha permanecido oculta por los intereses censores de los de siempre, los poderes oligárquicos, contrarios a las salidas de tono sobre sexo, y a la ambición sin límite de riqueza. Lean por favor¡¡¡ la historia que se relata a continuación y así, ademas de conocer la verdad, comprenderán este misterio.

Margueritte Leonor Katharine Marietta Elizabeth, de Tudor, Johansolhm, Hougärd, Cornwell, Kornbad, Parkminster, Seymour, Winstorm, Champerngrey y Gales, duquesa de Suffolk, protegida de Eduardo de Inglaterra e hija de los reyes de los Países Bajos, Bonifacio III de Brujas y Leopolda de Luxemburgo, los cuales, en plena resaca bélica, por la imposición sobre la cesión de territorios tras la Guerra de los 100 años, con revueltas sociales en las colonias allende los mares y con la presión de sus vecinos, la Francia de Luis XIV, el rey Sol , y el Imperio Sacro Germánico de Nicolas III de Salzburgo y Baterveng, debían, de manera forzosa, decidir, si continuar bajo el dominio español, con la valiosa protección que daban los Tercios de Flandes y en consecuencia la tranquilidad política para seguir comerciando con las Indias Orientales con los pingües beneficios que ello conllevaba; o por el contrario, independizarse y así irse a la mierda pero con dignidad. vamos¡¡¡ lo que en los libros de Historia se conoce como la Atontá Independencia de Holanda y Helkapasa con la sucesión de Flandes. Pues he aquí, que contrario a todo sentido común, los holandeses, gente que juega muy bien al fútbol y que hacen muy buenos quesos y tulipanes, en lugar de apechugar con ciertas e inanes concesiones, como era la de cambiar de religión, dejarse bigote español y alguna menudencia mas, decidieron independizarse y quedarse a merced de los elementos geográficos y los movimientos de fichas que harían, ineludiblemente los grandes imperios ansiosos de repartirse el pastel. Pero, como en toda historia de cambios políticos, había ciertas personas que, no partidarias de esta postura pues les iba muy bien tal y como estaban negociando por aquí, negociando por allá y llevándoselo muerto decidieron tomar partido y hacer algo al respeto. Mas esta gente, partidaria de seguir con la monarquía, tenían el grave problema de que los reyes Bonifacio y Leopolda, de tanto queso semicurado como comían, y viviendo en un ambiente tan húmedo y hostil, se habían vueltos estériles y no tenían mas descendencia (indirecta) que una sobrina bastarda que había tenido Bonifacio al cepillarse a la hermana de la reina, Nicolakinova de Frurstëmpoll. Y según la constitución, al no haber heredero varón al trono, el país pasaría de forma inequívoca, de monarquía a república, accediendo al cargo presidencial de forma permanente la descendencia que hubiere, osea la mencionada bastarda: la hermosa Margueritte. Así que aquí tenemos a la hermosa Margueritte entrando en escena como blanco de atenciones por parte de los partidarios de la continuidad bajo dominio español y como blanco de odios y males de ojo por parte de los independentistas.
Habiendo recibido en el transcurso de tan sólo 6 semanas, una treintena de tentativas de asesinato, Maximiliano Erasmus de Rotemberg y Calidoscopium, tío segundo de Margeritte, viendo que la cosa se estaba poniendo chunga, llamó a su hombre de confianza , Federico Bismarck de Fonhërdolhëm, Frankmünstrem y Roussemberg, heredero del imperio austriaco y agregado cultural en Holanda e hízole el encargo de ocultar a sus sobrina hasta que las aguas volvieran a un cauce propicio para el advenimiento de la tan deseada república y conseguir la paz y estabilidad que necesitaban los Países Bajos. Pero ¿donde ocultar a una bella princesa, máxime si el que la oculta es un grande de Europa, poseedor de uno de los grandes imperios del convulso continente de finales del siglo XVII? ; en aquel entonces no era como ahora que no se distingue un alto jerarca financiero de un humilde, pero letrado, fontanero; en aquel entonces había dos clases de personas: las personas de bien, educadas, limpias, cultas, con modales, con amaneramientos y prestancias; y aluego, los demás. Así que uno se escondía en un pueblo diciendo que eran el herrero y su sobrina y a lamedia legua ya te pillaban el camelo. Pero Federico era un hombre muy viajado e ingenioso y un día que estaba tomando café en unos de los salones de la época, le hablaron de un tal Vermeer, que era un pintorcillo de mierda, pero que también era una persona que vendería su alma al Diablo por dos duros con tal de prosperar económicamente y poder poner una academia para enseñar matemáticas que era su verdadero talento y vocación. Federicio habló con él y le ofreció una cuantiosa suma, en doblones de oro, por su identidad y por unas primeras clases de pintura, pues la idea era hacerse pasar por Vermeer y hacer pasar a su sobrina como sirviente y doncella.
Federico y Margueritte, con sus nuevos nombres y vidas prestadas trasladaronse a Amsterdamm y empezaron una nueva vida en la que Federico, "por el que dirán", no podía librarse de tan noble oficio y túvose que poner a pintar cuadros. Federico empezó con los bodegones y esas primeras cosas, pero la actitud de Margueritte empezó a levantar sospechas pues no sabía hacer nada de nada; vamos¡¡¡ que ni vestirse sola, ni hacerse el camastro, ni cocinar; y Federico, que como ya hemos comentado, era hombre de recursos, contrató a otra sirvienta; y con la excusa de que necesitaba una modelo para la nueva serie de retratos que pensaba hacer le dio el papel propicio a Margueritte. Y lo que son las cosas, que con ese aspecto lánguido, con la piel pálida y esos lentos ademanes encajó perfectamente en su nuevo papel. Los demás miembros del servicio, empezaron a tenerla pelusilla, y había quien se atrevía a hacerla putadas, hasta que un día se cabreo de veras y exclamo aquello ya tan conocido de:
- Vosotros no sabéis con quien estáis hablando¡¡¡¡.
Federico para evitar estos inconvenientes, pues Margueritte tenía gran genio y no sabía si seria capaz de controlar sus aristocráticos impulsos de latigar a algún pringao, se volvió a inventar otra historia. En este caso hizo venir de Austria a su madre y hermana y haciendo pasar a esta última por su esposa, fue dejando indicios de que la que le molaba era la Margueritte. Indicios tan irrefutables como que se la tiraba todos los días y que la regalaba joyas y esas fruslerías, con lo que el servicio dejo de molestarla y así empezó la paz hogareña que tanto empezaba a necesitar Federico, pues poco a poco lo que empezó como un recurso, se fue convirtiendo en una droga, pues le empezó a flipar lo del pintar; y como la excusa de que pasaran las horas muertas en el estudio era perfecta, a Marguerrite también le dio por aficionarse a la pintura, convirtiéndose aquella relación en un juego competitivo y de afinidad artística. Griet, que habiose también cambiado el nombre, venía de un lugar donde el arte brillaba por su excelencia y enseguida sin mucho esfuerzo superó a Federico pictoricamente hablando al que habemosle de llamar Jahn. Margueritte Leonor Katharine Marietta Elizabeth, Griet, adquirió tal talento que desbordando a Federico Bismarck de Fonhërdolhëm, Frankmünstrem y Roussemberg, Jahn, le propuso que fuera su ayudante para hacer los colores, las compras de productos artísticos, etc. con lo que Griet no tenía modelo y se dedicaba casi en exclusiva al autorretrato; y asi , entre cuadro y cuadro y mezcla de colores y talicual, y que el arte los habia unido de forma espiritual y armoniosa y que se molaban mutuamente, se pasaban las horas muertas pintando y follando (para tan mala suerte para nosotros, que la producción de Vermeer es muy escasa , de tan solo una treintena de cuadros, pero en los que sin mucho esfuerzo, podemos adivinar el amor , el placer, y el subyugamiento que ambos tenían por la pintura.

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